Descargas
Todo comenzó en Israel con Jesús. Pero poco después, la noticia se extendió por todas partes. Quienes oyeron las buenas nuevas de Jesús en Jerusalén las llevaron a todos lados. Muchos otros creyeron en Jesús gracias a ellos. El apóstol Pablo también viajó para predicar las buenas nuevas, para que todos conocieran a Jesús. Su obra progresó tanto que se podían encontrar cristianos en todas las provincias bajo dominio romano. En su tercer viaje, Pablo escribió una carta a los cristianos que vivían en Roma, la capital del imperio. Quería visitarlos para que ellos también pudieran ayudarlo a predicar las buenas nuevas por todas partes.
Esta carta constituye el libro sagrado de Romanos. Mediante este escrito, Pablo quiso enseñar a los romanos la buena noticia de la salvación de Dios. Explicó claramente esta salvación tanto a quienes conocían la religión judía como a quienes no. Esta enseñanza comienza con el concepto de pecado. Para experimentar la salvación, es necesario reconocer que se es pecador y que se sufrirá en el infierno a causa de los pecados. Todos, religiosos o no, están bajo el poder del pecado.
Por eso Pablo nos dice que debemos poner nuestra esperanza en Dios para la salvación. Los seres humanos no pueden salvarse a sí mismos del poder de sus pecados. Necesitan un Salvador que pueda hacerlo por ellos. Este libro sagrado lo explica perfectamente. Dice que la única ofrenda que puede borrar el pecado humano es el sacrificio de Jesús. La gente debe saber esto y creer en ello.
Luego, Pablo ofrece más enseñanzas que explican cómo debe vivir un creyente. Cuando una persona cree en Jesús, Dios infunde su Espíritu Santo en su corazón para ayudarla a seguir su voluntad. Esta persona se librará del mal, se encaminará por la senda correcta y se convertirá en un ejemplo a seguir para todos. Dios comenzó esta obra con el pueblo de Israel, pero su deseo es que todos los demás pueblos también reciban su gracia.
Que Dios nos ayude a encontrar refugio en él a través de este libro. Amén.
