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Mientras Pablo estaba preso en Roma, escribió otra carta a su compañero Timoteo. Ya le había escrito una, pero añadió una segunda para repasar ciertos principios. Pablo había sufrido mucho en prisión y no tenía a nadie que lo ayudara. Menciona todo esto en esta carta porque consideraba a Timoteo como a un hijo.
En su primera carta, Pablo enseñó a Timoteo principios que podrían ayudarle en su labor con la comunidad de creyentes. En esta segunda carta, parece que Pablo desea animar a Timoteo en su fe. Le habla de sus sufrimientos y su conducta, para que Timoteo pueda tomarlos como ejemplo a seguir.
En su segunda carta, Pablo le recuerda a Timoteo cómo llegó a la fe y cómo se involucró en la obra de Dios. Timoteo aprendió la Biblia de su madre y su abuela. Estas enseñanzas fueron muy importantes para él en su vocación de servir a Dios.
Este libro fue muy importante para Timoteo y para las personas a quienes predicó la palabra de Dios. La palabra de Dios en la Sagrada Escritura contiene una gran sabiduría que los seres humanos necesitan. Si las personas no siguen esta palabra, su vida en la tierra y en la eternidad no será fácil.
Pablo habla de estas cosas en este libro. Le habla a Timoteo sobre el fin de los tiempos para que pueda predicar con fervor; de lo contrario, la gente vivirá en el error, lo cual los llevará a la destrucción eterna. Que Dios nos proteja de esto. Que Dios nos conceda también el conocimiento correcto, para que el futuro nos sea fácil. Amén.
