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El apóstol Juan escribió esta sagrada carta durante una época muy difícil. En un período en que las autoridades públicas perseguían ferozmente a los cristianos, Dios les habló a través de las palabras de esta sagrada carta, palabras que pueden ser de gran consuelo para los creyentes que sufren a causa de las artimañas de Satanás.
En este libro, Jesús comienza hablando a grupos de creyentes a través de siete cartas. Dice que conoce todas sus obras, buenas o malas. Esta es una regla que se aplica a todos los seres humanos. Dios lo sabe todo. Debemos saber que ninguna de nuestras acciones está oculta para Dios. Él no olvida ninguna de nuestras obras. Son palabras como estas las que pueden consolarnos cuando sufrimos por causa de Dios. Pero esas mismas palabras también pueden atemorizarnos cuando obramos mal.
Este libro también nos dice que Dios conoce los acontecimientos del mundo. Dios conoce las obras de Satanás y cómo engaña a la gente. Satanás cree que puede destruir el poder de Dios, pero esto es una completa mentira. Las poderosas palabras de este libro constituyen la victoria de Dios. Satanás hará la guerra contra Dios y los creyentes, y les causará un gran sufrimiento. Pero al final, Dios destruirá a Satanás y a sus aliados, y los arrojará al fuego y azufre del infierno, donde permanecerán para siempre. Entonces, Dios tomará a su pueblo y lo llevará al Paraíso, llamado la «Nueva Jerusalén». Allí, experimentarán una salvación incomparable. Ya no existirán la muerte ni el sufrimiento, en aquel lugar, solo habrá vida abundante con Dios.
Leer este libro sagrado resulta un poco difícil, ya que emplea muchos símiles e imágenes, lo que a veces dificulta su comprensión. El lector no debe detenerse en un símil que le resulte difícil de entender. Leamos el libro completo para poder apreciar la enseñanza principal que se desprende de él. Esto no es demasiado difícil, incluso aunque el autor utilice símiles y comparaciones.
Que Dios nos conceda sabiduría en esta lectura. Amén.